Este tercer día lo dedicamos a un recorrido más alejado de Lisboa,hacia el norte (ver Mapa).
Empezamos por Mafra, en ese momento era una de las candidatas en Portugal a las siete maravillas en el país(típico de la fiebre que hubo este verano con el concurso mundial).
Tuvimos que esperar un rato para que llegara nuestro turno de visita, con guía en portugués e inglés, y poder deambular por el palacio-convento. Sin duda, lo más impresionante fué la biblioteca. Lástima que no se pueda recorrer, tan solo contemplar desde su entrada.Como en tantos otros sitios, no podíamos hacer fotos del interior, y la fachada exterior no merecía la pena porque estaban montando un escenario para las típicas actuaciones musicales del verano y , al lado, preparando los adornos para una boda en la capilla(la pudimos ver desde lo alto ,mientras hacíamos el recorrido por el primer piso, y la panorámica del conjunto era muy bonita).
Después nos dirigimos a Óbidos, típica ciudad medieval, que conserva mucho de su pasado. Entramos por su puerta principal al interior de la muralla, que, inmediato a esta puerta, tiene un pequeño patio con unos azulejos impresionantes (clásico estilo portugués), las calles estrechas, al fondo el castillo y todo ello rodeado por la muralla. Incluso dentro del recinto amurallado hay sitio para algunas huertas, curioso.Todo un encanto de otros tiempos.
La hora de la comida nos pilló recorriendo las callejuelas, así que decidimos comer en uno de los restaurantes que hay en la calle principal, creo que era el primero desde la puerta de entrada. Hubo algunos problemas para entendernos con los dueños del local(afortunadamente, pusieron su empeño en atendernos lo mejor posible) y optamos por lo más socorrido para cualquier celíaco: alguna cosilla a la plancha acompañado de verduras y patatas hervidas con una pinta estupenda y, de postre, flan casero con nata (os recordamos que los horarios de comidas son distintos, no hay que despistarse, porque se puede uno quedar sin disfrutar sus menús). Nos tomamos nuestro tiempo para comer sin prisas.
Al final decidimos acercarnos a Batalha (cercana a Fátima). Nos interesaba, sobretodo, visitar el Monasterio de Santa María da Vitória
fundado por Juan I, pero los horarios de visitas nos jugaron una mala pasada y llegamos justo cuando cerraban. Nos tuvimos que "conformar" con ver lo que se denominan capilhas imperfeitas-en el Google Maps sería el edificio circular si nos acercamos lo suficiente a Batalha-: una parte del monasterio que quedó inacabada,(el rey Manuel I dedicó el dinero al monasterio de Belem), y que estuvo abierta al público una media hora más(el acceso a esta parte lo encontramos de casualiddad al rodear el monasterio hacia la derecha, si nos orientamos desde la estatua ecuestre de Nuno Álvares Pereira que conmemora la victoria en la batalla de Aljubarrota frente a Castilla, peleando por la independencia de Portugal).Impresionante el tallado de las piedras y un conjunto espectacular.
Vista y detalles del interior de las capilhas imperfeitas
Contactar aquí con Asociación celíacos de Portugal.